FAQs

Preguntas frecuentes

¿Quieres saber más sobre el Grupo para la Renovación del Glifosato? ¿O sobre qué es el glifosato y cómo se utiliza? ¿O sobre el efecto del glifosato en la salud, la fauna y el medioambiente? Seguidamente encontrarás las respuestas a estas preguntas.

Fundamentos

¿Qué es el glifosato?

El glifosato, o N-(fosfonometil) glicina, es uno de los herbicidas de amplio espectro más utilizados del mundo y representa alrededor del 25% del mercado mundial de herbicidas. El glifosato se introdujo por primera vez en 1974 con el nombre comercial de “Roundup” y desde entonces se ha comercializado como ingrediente activo de cientos de productos fitosanitarios en todo el mundo.

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¿Qué es el Grupo para la Renovación del Glifosato?

El Grupo para la Renovación del Glifosato (GRG) está formado por un conjunto de empresas que tienen por objeto la renovación de la autorización de la UE de la sustancia activa glifosato en 2022. Para ello, las empresas miembros del Grupo para la Renovación del Glifosato han aunado recursos y esfuerzos con vistas a elaborar un único dossier con los estudios e información científicos sobre la seguridad del glifosato.

Este expediente se presentó a los Estados miembros a cargo de la evaluación y a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como parte del procedimiento reglamentario de la UE para seguir autorizando el glifosato y los productos que lo contienen en el mercado de la UE.

El GRG cambió su denominación, antes Glyphosate Task Force 2, a finales de 2019 para evitar confusiones con las propuestas previas en relación con el glifosato.

Los miembros del GRG son Albaugh Europe SARL, Barclay Chemicals Manufacturing Ltd., Bayer Agriculture BVQEMETICA Agricultural Solutions Poland S.A., Crop Alliance Unipessoal LDA., Nufarm GMBH & Co.KG, Sinon Corporation, y Syngenta Crop Protection AG. 

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¿Qué tipos de cultivos se gestionan con glifosato?

Las plagas de las plantas y las malas hierbas han supuesto un reto para los agricultores desde que el hombre comenzó a cultivar. Las malas hierbas compiten con los cultivos por el espacio, el agua, los nutrientes y la luz solar. Muchas especies de malas hierbas pueden destruir fácilmente la mitad de una cosecha. La grama común, por ejemplo, una invasora frecuente de los campos de cereales en Europa puede reducir el rendimiento hasta un 60%. Los métodos químicos de control de las malas hierbas siempre se han considerado una solución atractiva porque son relativamente rentables y fáciles de usar, por lo que los herbicidas han desempeñado un papel fundamental en nuestra producción de alimentos, piensos, fibras y energía renovable durante los últimos 60 años.

Los herbicidas que contienen glifosato se utilizan como pulverizaciones foliares para controlar las malas hierbas en una amplia gama de cultivos herbáceos. Los principales cultivos gestionados con glifosato en Europa son los cereales, la colza, la remolacha azucarera, las patatas, los viñedos, los olivos, los cítricos y los frutos secos para la renovación de praderas. Los tratamientos postcosecha se aplican generalmente a todos los cultivos. En Alemania, por ejemplo, ocho de cada diez cultivos de colza son tratados con herbicidas de glifosato.

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¿Por qué ha sido prorrogada la autorización del glifosato?

El 2 de diciembre de 2022, la Comisión Europea adoptó el Reglamento de Ejecución (UE) 2022/2364, que amplía la autorización actual de la sustancia activa glifosato por un año, hasta el 15 de diciembre de 2023.

La extensión siguió a las declaraciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) sobre los plazos actualizados para el proceso de reevaluación en mayo de 2022.
Tal procedimiento no es exclusivo del glifosato; se concedió a todas las demás sustancias activas fitosanitarias que requerían esta prórroga administrativa temporal en la UE para completar la evaluación, tal y como establece el artículo 17 del Reglamento (CE) nº 1107/2009 relativo a la comercialización de productos fitosanitarios.

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Seguridad

¿Supone el glifosato riesgos para la salud humana?

El glifosato es uno de los ingredientes activos más utilizados en los herbicidas diseñados para evitar el crecimiento de malas hierbas no deseadas en los cultivos. Las principales autoridades sanitarias de Estados Unidos, Europa, por ejemplo, Alemania, Australia, Corea del Sur Canadá, Nueva Zelanda, Japón y otros lugares del mundo siguen concluyendo que los productos a base de glifosato son seguros cuando se utilizan siguiendo las instrucciones de la etiqueta.

Los herbicidas a base de glifosato se han utilizado con seguridad y éxito durante más de 40 años y se encuentran entre los productos más estudiados de su clase.

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¿Están las abejas en peligro?

Las abejas y otros insectos beneficiosos desempeñan un papel fundamental en la agricultura porque muchos cultivos no se polinizan con el viento, sino que dependen de los insectos polinizadores. Además, las arañas e insectos como los escarabajos y las avispas se alimentan de pequeños insectos herbívoros, lo que las convierte en importantes agentes de control biológico de plagas.

Las autoridades reguladoras llevan a cabo evaluaciones exhaustivas para garantizar que los fitosanitarios puedan utilizarse de forma segura para el medioambiente. Como parte de este proceso, las autoridades reguladoras evalúan específicamente el potencial de efectos sobre los organismos no objetivo, incluidas las abejas. El glifosato se ha sometido a numerosas pruebas en el laboratorio y en el campo para evaluar su potencial toxicidad para las abejas. Estas pruebas exhaustivas han revelado que los productos con glifosato no tienen efectos adversos agudos o crónicos para las abejas.

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¿Por qué hay rastros de glifosato en la orina? ¿Es seguro?

La orina es la principal forma de eliminar del cuerpo las sustancias químicas hidrosolubles o sus metabolitos. El glifosato es soluble en agua, y nuestros riñones filtrarán cualquier glifosato presente en el torrente sanguíneo antes de su eliminación por la orina. Los humanos eliminan el glifosato de su cuerpo rápidamente, con muy poco glifosato restante despues de unos dias . Este proceso también se aplica a las sustancias químicas presentes de forma natural en los alimentos y, sabiendo esto, algunos investigadores estudian cómo cambia la química de la orina después de comer alimentos específicos.

El glifosato y otros pesticidas pueden estar presentes en los alimentos en niveles bajos denominados residuos. Las autoridades reguladoras establecen la cantidad máxima permitida de cada pesticida fijando los límites máximos de residuos (LMR). Un LMR es el nivel más alto de residuos de pesticidas que puede estar presente legalmente en los cultivos o alimentos.
Los LMR permiten determinar 1) si un alimento puede venderse, 2) si los agricultores siguen las instrucciones de la etiqueta del producto, y 3) las estimaciones del límite superior de exposición a los pesticidas en la dieta de una población.

La organización no gubernamental alemana BUND (Asociación para el Medio Ambiente y la Protección de la Naturaleza, rama alemana de Amigos de la Tierra) realizó un estudio titulado “Determinación de los residuos de glifosato en muestras de orina humana de 18 países Europeos”.
Los resultados revelaron que la mayoría (56,1%) de las muestras no contenían niveles detectables de glifosato y que el nivel más alto de las que sí contenían trazas se traducía en una ingesta más de 1.000 veces inferior a lo que la Unión Europea considera una ingesta diaria aceptable (0,3 mg/kg de peso corporal al día), y más de 3.000 veces inferior al valor equivalente de la Organización Mundial de la Salud (1,0 mg/kg de peso corporal al día).

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¿Qué ocurre cuando los herbicidas a base de glifosato no se utilizan accidentalmente de acuerdo con la etiqueta?

Los herbicidas a base de glifosato son una herramienta segura y eficaz para controlar las malas hierbas cuando se utilizan de acuerdo con las instrucciones de la etiqueta.

Además del hecho de que es ilegal aplicar dosis superiores a las recomendadas en la etiqueta, no hay ningún beneficio añadido en aplicar más de lo necesario para una eficacia óptima. Además, es un despilfarro de recursos, y los agricultores suelen evitar esta práctica.

Sin embargo, no se causa ningún daño a los seres humanos o al medio ambiente si se superan accidentalmente las dosis dentro de ciertos límites, ya que la evaluación de la seguridad de los productos añade grandes factores de seguridad. La toxicidad se sobreestima en la evaluación de riesgos hasta 1.000 veces para asegurarse de que se tienen en cuenta todos los imprevistos, incluida una sobredosificación accidental.  

Podría compararse con la medida de seguridad de tener una distancia de varios kilómetros hasta el siguiente coche en una autopista.

¿Es el glifosato cancerígeno para los humanos?

Actualmente, el uso del glifosato está aprobado en más de 100 países. Varios organismos y autoridades reguladoras de todo el mundo, incluidas la EFSA, la ECHA y otras autoridades reguladoras (p. ej., en Canadá, Japón, Australia, Corea, etc.), que revisan de forma rutinaria todos los productos pesticidas aprobados, han reafirmado de forma reiterada que los productos a base de glifosato pueden usarse de manera segura de acuerdo con sus etiquetas actuales, y el glifosato no es cancerígeno para los humanos.
Entre las cuatro agencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que han evaluado la seguridad del glifosato, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC por sus siglas en inglés) es la única entidad que ha encontrado una asociación entre el glifosato y la carcinogenicidad. En 2015, la IARC clasificó al glifosato como “probablemente cancerígeno para los humanos” y lo incluyó en la misma categoría que productos cotidianos como la carne roja y las bebidas calientes.
Sin embargo, el Programa Internacional sobre Seguridad Química de la OMS y la Reunión Conjunta FAO/OMS sobre Residuos de Plaguicidas  encontraron que el glifosato no es cancerígeno, y sus Directrices para la Calidad del Agua Potable encontraron que el glifosato no presenta un peligro para la salud humana.
En la UE, el 15 de junio de 2022, los Estados miembros europeos designados para el actual proceso de renovación del glifosato, conocido como el Grupo de Evaluación del Glifosato (GAG), publicaron las principales conclusiones de su borrador del Informe de evaluación de la renovación  para el glifosato. Con base en su evaluación, el GAG concluyó que la clasificación del glifosato con respecto a su carcinogenicidad no está justificada.
Más de cinco años después de publicar su opinión, la IARC sigue siendo un caso atípico, ya que los principales reguladores de pesticidas de todo el mundo continúan concluyendo que el glifosato no es cancerígeno y que los herbicidas a base de glifosato son seguros cuando se usan de acuerdo con las instrucciones de la etiqueta.

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Beneficios

¿Por qué es necesario el glifosato?

En varios países europeos, los herbicidas a base de glifosato se utilizan en casi la mitad de su superficie total de cultivo. Al utilizar el glifosato para el control de las malas hierbas, los agricultores europeos han logrado renunciar o reducir considerablemente los métodos tradicionales de laboreo. El laboreo convencional es un proceso que consume mucha energía y libera toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera desde el suelo. En caso de que los agricultores se vean obligados a recurrir a estos métodos de control de las malas hierbas, las previsiones apuntan a que las emisiones de CO2 y el consumo de combustibles fósiles en Europa aumenten en más del doble mientras que la erosión del suelo podría multiplicarse por seis.

Estudios recientes realizados por investigadores de Alemania y el Reino Unido vaticinan que la pérdida de glifosato tendría un efecto considerable en los costes de producción de los cultivos y también repercutiría en el comercio internacional de varios cultivos de invierno europeos y del azúcar. Los precios de los alimentos aumentarían y la cuota de la UE en el mercado agrícola mundial disminuiría. De hecho, se calcula que, en el supuesto de que el glifosato dejara de estar disponible, el rendimiento de los cultivos se reduciría entre un 5% y un 40% para los agricultores, dependiendo de la región, y disminuiría asimismo la cuota de mercado global de varios cultivos de la UE.

Asimismo, se prevé que la limitación de disponibilidad de glifosato para los agricultores pueda tener posibles implicaciones negativas en el uso de la tierra, la biodiversidad, las emisiones de gases de efecto invernadero y la calidad del agua.

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¿Qué ventajas tiene para los agricultores el uso de herbicidas con glifosato?

Los herbicidas a base de glifosato proporcionan un control de las malas hierbas sencillo, flexible y rentable, ya que el glifosato lleva varios años contribuyendo a eliminar las malas hierbas invasoras. A diferencia de otros herbicidas que actúan sobre cierto tipo de malas hierbas, el glifosato es eficaz sobre todas ellas, proporcionando un control de amplio espectro. La aplicación de glifosato antes de la plantación del nuevo cultivo tiene el potencial de producir cosechas entre un 30% y un 60% mayores en muchos de los principales cultivos europeos, dependiendo de la población de malas hierbas y de otras condiciones.

Su eficacia como herbicida de amplio espectro ha conllevado un menor uso del arado como medio de control de las malas hierbas, ya que expone la capa superior fértil a la erosión del agua y del viento. Algunos estudios han estimado que los métodos de laboreo son aproximadamente dos veces más costosos y requieren más tiempo que el control químico de las malas hierbas.

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¿Hay beneficios ecológicos en el uso del glifosato?

Al controlar un amplio espectro de malas hierbas y todo su sistema radicular, el glifosato ha eliminado o reducido la necesidad de arar los suelos. Estas prácticas de laboreo reducida permiten a los agricultores plantar las semillas de los cultivos directamente en los rastrojos.

Un gran porcentaje de las tierras cultivadas en Europa tiende a la erosión del suelo y las prácticas de alteración mínima del suelo son alternativas sostenibles que ayudan a proteger el suelo de la degradación y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía. Varios cultivos importantes en Europa, como el maíz y la remolacha azucarera, se gestionan predominantemente con estas prácticas en combinación con el glifosato. Todo ello hace que el glifosato sea un recurso muy habitual para muchos agricultores que deciden seguir estas prácticas de conservación del suelo.

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