Para los agricultores que trabajan con frecuencia con glifosato en el campo es importante saber exactamente qué impacto, si lo hubiera, tendría en su salud.

Durante más de 20 años, el Estudio de Salud Agrícola (AHS) ha realizado un seguimiento constante de más de 50 000 aplicadores de fitosanitarios. El estudio sobre el glifosato fue realizado por investigadores independientes del mundo académico y/o del gobierno estadounidense, y fue financiado públicamente por el Instituto Nacional del Cáncer, el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Laboral, entre otros, todos ellos organismos gubernamentales de Estados Unidos.

El gobierno de Estados Unidos solicitó dicho estudio para determinar el impacto de las prácticas agrícolas, el estilo de vida y los factores genéticos en la salud de los agricultores y sus familias. En el estudio a largo plazo, los investigadores no encontraron ninguna relación entre el uso del glifosato y el cáncer.